Cansancio físico, falta de energía, dificultad para concentrarse o alteraciones en el sueño pueden ser indicios de no estar manejando el estrés de manera adecuada. Si bien nadie está exento de padecerlo, estar al frente de la administración de una empresa implica lidiar con situaciones de estrés frecuentemente. Lo cierto es que de la misma manera que puede convertirse en una crisis, también puede prevenirse.
Cómo administrar una empresa y no morir en el intento
El ritmo de vida actual genera que, en mayor o en menor medida, todos pasemos por situaciones de tensión, pero administrar un negocio sin dudas lo potencia. La excesiva responsabilidad, la sobrecarga de trabajo y la noción de éxito o fracaso en las tareas de todos los días son algunos de los principales detonantes del estrés que, cuando no es manejado adecuadamente, puede provocar falta de sueño, falta de energía, dificultad para concentrarse, irritabilidad y hasta tristeza. Trabajar con estrés, además, influye en la relación entre colaboradores e incide en la toma de decisiones.
Sin embargo, se pueden implementar ideas sencillas que, sin dudas, te ayudarán a convertir el malestar en energía que necesitas para conducir tu empresa y hacerla crecer. En una era marcada por un mercado laboral altamente competitivo, donde la ganancia depende de los resultados que nuestra empresa obtenga, el control del estrés se ha vuelto una competencia clave para un desarrollo exitoso.
Tips para manejar el estrés
A continuación, compartimos algunos hábitos que podes poner en práctica para administrar tu negocio sin caer en el estrés:
Dormir
Descansar adecuadamente es fundamental para tener una vida saludable. Lo ideal es dormir entre siete y nueve horas por día. Un buen descanso beneficia el cuerpo y la mente, permite tomar mejores decisiones y reaccionar de manera más apropiada frente a situaciones de tensión.
Hacer ejercicio y comer saludablemente
Hacer ejercicio libera endorfinas, que provocan sentimientos positivos. Para lograrlo no es necesario pasar horas en el gimnasio, está comprobado que entrenar lapsos cortos de tiempo es igual de beneficioso. Se puede practicar algún deporte o elegir una actividad que combine el movimiento físico y la relajación, como el Yoga o el Tai Chi. Además, estar activo ayuda a dormir mejor durante la noche. Paralelamente, tener un hábito saludable de alimentación ayuda al cuerpo a mantenerse sano y lleno de energía durante todo el día.
Tener momentos de esparcimiento
También es primordial hacer pausas donde uno pueda distenderse y poner la cabeza en otra cosa. Es aconsejable hacer una pausa a media mañana y otra a media tarde, al igual que respetar el horario de almuerzo.
Personalizar tu lugar de trabajo
El espacio de trabajo influye en el estado de ánimo. Modificar la luz o los colores del ambiente pueden ser una buena idea. De la misma manera, es importante mantener cierta organización, saber dónde está cada cosa y tener un área de trabajo libre de papeles evita el estrés.
Delegar tareas
Quienes llevan adelante una empresa tienden a creer que pueden hacerlo todo. Sin embargo, uno de los mayores desafíos pasa por aprender a delegar. Liberarse de ciertas tareas permite enfocarse en lo más relevante, además de fomentar la comunicación entre colaboradores.
Innovar
Estar abierto a implementar nuevas herramientas que simplifiquen las tareas es de gran ayuda si se pretende reducir el estrés. Al llevar adelante una Pyme es muy común verse atareado con la gestión de la contabilidad, por eso es recomendable implementar un sistema de gestión, que facilita la administración diaria del negocio.
Mantener la cordialidad
Por más tensión que se genere, lo mejor siempre es tratar de mantener una relación cordial con los colegas de trabajo e, incluso, fomentar los vínculos. El buen ambiente laboral es clave para evitar el estrés.
Los hábitos son fáciles de llevar a cabo, aunque lo ideal es que se vuelvan parte de nuestra rutina diaria. Con paciencia y voluntad es posible lograrlo y así disfrutar de cada momento, ya sea en la vida personal o en el trabajo.
